Beneficios del juego en los adultos
Ya hemos hablado de la importancia del juego en niños. Pero ¿qué pasa con los adultos? El adulto promedio no contempla al juego dentro de sus actividades fundamentales, por considerarlo, justamente, cosa de niños.
Jugar no es perder el tiempo. Jugar es invertir nuestro tiempo, dejando nuestras obligaciones de lado para dedicarnos un momento a nosotros mismo, a disfrutar y a compartir.
Beneficios del juego en los adultos
¿Para que voy a utilizar mi valioso tiempo en juegos? Bueno, aquí algunos de los beneficios que una actividad lúdica puede brindarnos:
- Para el adulto, el juego representa distracción, distensión, descanso, alivio, tomar distancia de ocupaciones y preocupaciones.
- En el juego se nos permite desplegar nuestras fantasías inconscientes dentro de un clima de experiencia intermedia entre fantasía y realidad. Así, el juego funciona como espacio integrador de ensayo y nuevas respuestas.
- Los especialistas en terapia de juego para adultos han observado que las personas que juegan logran experimentarse mas libres.
- El juego es un lugar donde podemos encontrarnos con nosotros mismos y con el otro.
- Así como en los niños el juego acompaña el desarrollo, igual en los adultos: el juego nos permite seguir creciendo.
- El juego es una poderosa herramienta para promover el bienestar físico y mental.
- Durante el juego, podemos representar situaciones del pasado y resignificarlas. Así podremos estar más abiertos al cambio.
- Jugar amplía nuestro círculo social. ¡Haremos nuevos amigos!
- Algunos juegos pueden ayudarnos a desarrollar un mejor estado físico y mental.
Juegos de cooperación
Los juegos de cooperación son juegos en los que la colaboración entre participantes es el elemento esencial. Ponen en cuestión los mecanismos de los juegos competitivos, creando un clima distendido y favorable a la cooperación en el grupo y evitando elevados niveles de agresividad en el juego.
La idea de los juegos de cooperación es que todos tengan posibilidades de participar. Se busca evitar el estereotipo del “buen” o “mal” jugador, en cuanto que todo el grupo funciona como un conjunto en el que cada persona puede aportar diferentes habilidades y/o capacidades.
¿Por qué elegimos no jugar? Por miedo a perder o, peor aún, a hacer un “papelón”. Debemos entender la importancia de implementar una variedad de juegos, para lograr que todos los participantes puedan ser aceptados y experimentar, al menos, un grado moderado de éxito; el miedo al fracaso junto con la angustia y la frustración asociada con el fracaso se reduce cuando los errores no son percibidos como determinantes del resultado.
¿A qué jugamos?
Llegó la hora de ponernos de acuerdo y decidir a qué jugamos. Aquí algunas propuestas:
- Big-Ball. Se trata de un juego alternativo, colectivo, de contacto y cooperación. Una bola grande que no te cabe en los brazos, dos equipos y empieza la diversión. Hay que lanzarla y hacer punto en el equipo del contrario.
- Pasar un vaso de agua: Todos permanecen en círculo con un vaso de papel en la boca (el borde cogido entre los dientes). Una persona comienza a verter el agua dentro del vaso de la que tiene al lado (sin utilizar las manos) y así sucesivamente alrededor del círculo. Juego muy bueno para el verano.
- Sillas musicales no eliminatorias. El objetivo es mantener todos en el juego, incluso cuando las sillas sean sistemáticamente quitadas. Como en la versión competitiva, la música suena y más sillas se quitan cada vez que la música se detiene. En este juego, sin embargo, cada vez más personas tiene que juntarse en el grupo, sentados en parte de las silla o encima de otros para mantenerse todos en el juego. Al final los participantes que comenzaron el juego acaban delicadamente encaramados en una silla, como oposición a las criaturas frustradas que se quedan fuera con un “ganador” en una silla. En el caso de que no haya sillas a mano, se pueden usar personas a gatas.
Escuchemos al niño que todos tenemos dentro. Dejemos que se desarrolle y que siga creciendo, dándole lugar en nuestra vida diaria.
«El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta»
Pablo Neruda
Extraído desde https://happymente.com/juega-a-distenderte-juega-a-divertirte-juegos-de-cooperacion/